Es un hecho que muchas de las enfermedades actualmente prevenibles por vacunas podrían aparecer nuevamente si los ciudadanos interrumpieran los programas de vacunación.
El Ministerio de Salud Pública refuerza ante la comunidad chaqueña la importancia de las vacunas como una herramienta estratégica para el cuidado de la salud contra muchas enfermedades infecto-contagiosas, ya que además de proteger directamente a quiénes las reciben, benefician al conjunto de la sociedad ya que evitan su propagación. Sin embargo, existen varias publicaciones erróneas o poco informadas sobre la inmunización que es necesario erradicar.
La directora de Epidemiología de la Provincia, Mariela Fabiani, recordó que las vacunas son las encargadas de brindar protección sobre numerosas enfermedades muy serias, y especialmente, contribuyen a evitar la transmisión local de casos importados. Es un hecho que las patologías contra las que hoy se puede inmunizar volverían a aparecer si se interrumpieran los programas de vacunación.
En esta línea y en consonancia con las recomendaciones de la cartera sanitaria nacional y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la especialista desterró y brindó precisiones sobre algunos mitos y creencias equivocadas:
Mito 1: “Las vacunas no son necesarias. Las mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades”. Si bien la mejor higiene y el lavado de las manos contribuyen a proteger a las personas contra enfermedades infecciosas, muchas infecciones igualmente se pueden propagar independientemente de la limpieza que se mantenga.
Mito 2: “Las vacunas tienen algunos efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen. Más aún, la vacunación puede ser mortal”. Falso. Las vacunas son muy seguras, afirman los especialistas. La mayoría de las reacciones vacunales son generalmente leves y temporales, como un brazo dolorido o febrícula. Es más probable padecer un trastorno grave o mortal por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Por ejemplo, en el caso de la poliomielitis, la enfermedad puede provocar parálisis; el sarampión puede causar encefalitis y ceguera.
Mito 3: “Las enfermedades prevenibles mediante vacunación están casi erradicadas en el país, por lo tanto no hay motivos para vacunarse”. No es cierto, si bien algunas enfermedades prevenibles mediante vacunación pueden ser poco comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en varios lugares del mundo, pueden atravesar las fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida.
Mito 4: “Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas”. Esta idea es completamente falsa. Las vacunas interactúan con el sistema inmunitario para producir una respuesta similar a la que produciría la infección natural, pero no causan la enfermedad ni exponen a la persona inmunizada a riesgos de posibles complicaciones. La inmunización por infección natural podría tener consecuencias graves tanto en niños como en adultos.
Mito 5: “La administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos, que a su vez pueden sobrecargar su sistema inmunitario”. Está comprobado científicamente que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema inmunitario del niño. Las principales ventajas de la administración simultánea de varias vacunas es que requiere menos consultas ambulatorias y aumenta las probabilidades de que los más pequeños completen el calendario de vacunación recomendado. Además, la posibilidad de recibir una vacunación combinada, por ejemplo, contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, supone menos inyecciones.
Mejor vacunarse
Por todo lo expuesto, Fabiani recalcó que hay dos motivos fundamentales para vacunarse: protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. Los programas eficaces de vacunación, dependen de la cooperación de cada persona para asegurar el bien común.
