Samsung, el gigante de la tecnología mundial, nuevamente sorprende con un concepto innovador en su linea de televisores.
“Más que nunca, la gente pide pantallas grandes”, dijo ayer Jong-hee Han, presidente de la unidad de negocio Visual Display de Samsung Electronics. Hizo este comentario en la presentación internacional de la nueva gama de esa caja cada vez más inteligente –la tontería, dadas las posibilidades, están más en el lado del televidente– que realizaron en Nueva York.
La constatación de esa querencia la han extraído de estudios de mercado y de su propia experiencia comercial. En esas indagaciones también parecen detectar una preocupación entre los clientes.
Meter un trasto de 65 a 88 pulgadas supone que, además de disponer de suficiente espacio, ese objeto se convierte en un agujero negro en la sala, en el acaparador que rompe con la decoración. Como se diría, en el rey de la casa.
“El 80% del tiempo está apagada y hay quién opta por esconderla en un armario”, aseguró Jae Julien, vicepresidenta de la compañía.
Ya no. Una de las novedades más relevantes la línea Qled TV para el 2018 de la firma de Seúl consiste precisamente en incorporar lo que sería el efecto camaleón.
La pantalla queda mimetizada. Esto es, que si la pared es roja, la pantalla se hace roja o, si detrás hay un grabado, lo reproduce. Lo exhibieron en el show montado en el edificio del American Stock Exchange, en el bajo Manhattan.
El artefacto queda camuflado gracias a una tecnología que han denominado ambient mode (modo ambiente). Tan fácil como plantarse delante con el móvil, sacar una foto y, de inmediato, la pantalla se rellena de forma idéntica a lo que la rodea. Este sistema detecta el color o el patrón decorativo de la pared y se mezcla con ella. Desaparece el fundido en negro y se hace transparente, en parte también por un diseño plano que se ajusta a la pared sin problemas.
Incluye, asimismo, la opción de convertir el televisor en un centro de información, con actualizaciones de tráfico o meteorología.
